sábado, 28 de mayo de 2016

La Semana de Martina 3

Autora: Victoria Mengya Molina Samper


Cuando me desperté lo primero que hice fue mirar el despertador, porque sería muy pronto, no había sonado aún el despertador.
- No, no, no… ¿Cómo es posible que sean las nueve y diez? Aún no ha sonado el despertador y encima ¿mi padre no me ha despertado al ver lo tarde que era?

Entonces empecé a pasearme por toda la casa comparando todos los relojes, para ver si mi despertador se había parado, pero nada, ya habían empezado la clase. Así que fui a buscar a mi padre, pero no lo encontraba. Encima de mi mesita de noche había una carta en la que decía:

¡Hola!
Tu hermano esta noche ha estado malo de la barriga y he tenido que llevarlo al médico. Tienes un bocata de salchichón y mantequilla en la nevera.
Ten mucha suerte en el examen, no te estreses, lo harás genial. Tranquila, me lo ha dicho Normal, que me lo encontré ayer en el médico.
Puede que te recoja tarde, así que le he pedido a la madre de Lucía que te recoja.

Chao princesa


-¿Desde cuándo mi padre dice chao? ¿Y encima desde cuando tenía yo un examen? ¡Oh no! Se me había olvidado el examen.

Así que cuando salía la calle empecé a estudiar historia, no me lo podía creer, Lily no ha revolucionado el mundo, pero Cristóbal Colón sí. Qué poca vergüenza.
Cuando pasé al lado de la carnicería La Salchicha, vi que tenía aún el pijama y encima no había cogido el almuerzo. Bueno, no me daba tiempo si quería hacer el examen con tiempo suficiente.
Si no saco por lo menos un bien no podré irme de vacaciones en verano y en vez de eso estaré en la escuela de verano. Entonces me choqué con una viejecita que me dio la mano y me dijo:
-Venga Isabel, vas a llegar tarde al museo de la ciencia, ¿qué te ha pasado?, sigues con el pijama, ¿es que se te han pegado las sábanas? Ven cariño que tengo siempre el vestido que llevaba yo antiguamente. Te quedará precioso.

Y entonces me tiró del brazo y entramos en la carnicería La Salchicha, donde me puso ese vestido de abuela, no me dejaba decirle que yo no era su nieta, decía que no podíamos llegar tarde a la parada del autobús. Cuando vi la oportunidad, salí corriendo de ella, solo me quedaban veinte minutos para llegar a tiempo a clase, o si no a la escuela de verano. Cuando corría por los pasillos me di cuenta que todos se iban a reír de mí, así que cogí un puñado de ropa de los contenedores de ropa perdida. No tardé mucho en entrar en clase, llevaba una camiseta negra de flecos con una calavera, una falda negra con flecos, supongo yo que sería algo a juego, unos calcetines muy feos, unos botines malolientes de cuero negro y por último encontré una pinza de una calavera, enganchada en un calcetín. Me da a mí que la persona que ha perdido esto lo ha perdido a posta.

Cuando entré a clase me encontré a la seño Pepa. ¿Qué hacía aquí? Ella da inglés, no historia, me extrañó un montón. Cuando me senté pude ver a mis compañeros. Está Normal, que está loquito por Claudia, una niña nueva. Me extrañaba no encontrarme a Alberto copiándose del de al lado, también está Leire, la llorona del colegio, llora por todo, hasta por que el profesor Miguel mató un mosquito. Como siempre está Nick, el popular, a Mateo le ha crecido más el bigotillo, creo que cada noche le crece más pelo por todas partes, y por último está Mónica, es una maginada sin amiga, dice que no tiene tiempo para amigas, invierte todo su tiempo libre en embellecer el colegio, nadie quiere estar con ella, Marina, una chica que ha repetido, Gonzalo el niño gordo de mi clase, Helen, la inglesa que se cree superior a nosotras porque toma el té, Enrique, que es el portero de un equipo de fútbol que tienen los niños, o eso creo, Tomás, es el chico más guapo de la clase. Y ahora las dos que mejor me caen de mi clase: Florence, es la deportista y Amy es la lista y la guapa. Clara y Marilú están en el B, mientras que Lucía está en el C.
Pero somos súper amigas, aunque ya no tanto. Las echo de menos a todas, no mucho a Marilú.
Ya sé que mi clase es muy pequeña, pero somos pocos alumnos y nos tenemos que repartir.

Cuando saqué el estuche la seño Pepa me dio el examen, qué difícil, no me acordaba de casi nada, pero con tanto movimiento se me cayó el lápiz y al levantarme todos se rieron de mí, supongo yo por mi vestimenta de malota. La seño Pepa se enfadó con todos menos conmigo y Amy que por supuesto estaba concentrada con su examen, pero no entiendo por qué ha sacado un diez alto, supongo que como siempre saca diez alto, alto, será por eso. Ya le preguntaré.
Cuando empecé el examen no me sabíaa nada, estaba súper nerviosa, me quedaban seis minutos, no me daba tiempo a terminarlo. Así que puse lo que me sabía y lo demás para después que era lo más difícil. Cuando terminé fui a ver a Lucía y a Clara, pero no aceptaron mis regalo de Lily, no me lo podía creer, Clara había convencido a Lucía de dejar ser fan de Lily. Esa Clara me estaba poniendo de los nervios. Así que me abalancé contra ella y le hice un cardenal de los gordos, le pedí perdón, pero en vez de perdonarme me tiró a la cara los cuadernos de Lily. Eso sí que dolía un montón. Hasta se me puso la cara roja del golpetazo que me metieron.
Qué horror, me dolía un montón la barriga, sería porque mi hermano me habría contagiado, él siempre igual, es un liante, un malote. Pero no estamos aquí para hablar de mi hermano, sino para tranquilizaros un poco. Cuando terminó el recreo la seño Pepa nos entregó a todos el examen, menos a mí. Qué raro. ¿Verdad?

Pero la seño Pepa cambió de tema con un festival de teatro, los mayores actuarán para todo el colegio, pero los mayores, mayores, no van a poder actuar porque el profesor Miguel los ha castigado por ponerle de nombre al inspector: Báculo.
Eso cuenta un cuarto de nota final y pienso aprovecharla como sea, así que me voy a presentar en el casting. Puedo elegir entre: Cenicienta, el patito feo, o Blanca Nieves.
Yo prefiero Blancanieves, es mi segunda princesa favorita, después de Sirenita. Así que me presenté al casting que organiza la seño Rosa. Se presentaron pocas niñas de cursos diferentes, por ejemplo: Amy, Candela, Raquel, Gema, Vanesa y yo, para el papel de Blancanieves, lo único que tenía que hacer era interpretar la escena de la manzana envenenada, que es la más importante. En la prueba Amy lo hizo muy bien, se desmayó sin hacer ruido, no puedo decir lo mismo de Candela que hizo retumbar la sala, a Raquel no le gustan las manzana, Gema lo hizo bien, pero en lo único que no es perfecto es cuando le da un bocado a la manzana, se muerde la lengua y eso que lo hemos ensayado nueve veces y Vanesa, como siempre súper mega pija de la muerte.
Cuando llegó mi turno cogí el papel, donde ponía lo que tenía que decir, así que empecé a actuar, pero con lo nervios vomité todo el bocadillo del recreo. La seño Rosa dijo:
-Lo siento Martina, pero no puedo confiar en que no vomites en el escenario. Otra vez será.

Entonces anunció que Blancanieves sería… Vanesa.
No me lo podía creer, pero si ella lo ha dicho con su acento mega pija, tendré que preguntar a la seño Rosa, debe haber un error, Blancanieves no puede ser ella. Esperemos todo que sea un grave y terrible error. Mientras, Vanesa está súper chulita y no para de decírselo a todo el mundo.
Así que hable con la seño Rosa. Me ha dicho por qué le pega más Blancanieves que a las otras, además nosotras no tenemos el pelo negro ni tenemos la piel blanca, como ella. No es justo, porque en verdad sería como nosotras, morena, pero como su madre se casó con un millonario, con una mansión en Florida, ese hombre creo que no soporta a su hijastra, así que le cumple todos los caprichos, como tener la piel blanca y sin granos.

Así que me presenté a la Cenicienta, con el profesor Miguel, aunque si os digo la verdad dice que la obra de teatro no es algo educativo, como uno quisiera. Cuando llegué, como había estado en el otro casting, llegaba media hora tarde, pero daba igual, porque muchas chicas se habían presentado así que me presente después de Nick, que quiere hacer el papel de príncipe. Por eso hay tantas chicas, porque quieren un beso de Nick, aunque para mí es más tirando a chica.
Cuando terminó la demostración de Nick, me tocaba a mí, así que me dieron el traje de Cenicienta, cogí el guion e interpreté lo mejor que pude aquella escena. El profesor Miguel se conmovió tanto que empezó a repetir varias veces en voz baja: qué he hecho yo para merecer esto, qué he hecho yo para merecer esto...
Así consecutivamente, hasta que por fin acabó y dijo seriamente: todas las interpretaciones estaban muy bien realizadas, me ha costado mucho elegir a la nueva Cenicienta, así que Mónica va a ser Cenicienta. Enhorabuena.
Sinceramente para mí lo ha dicho con poca ilusión, porque está perdiendo un montón de clase, ahora mismo yo calculo que más o menos ha perdido dos clases, una con los de octavo, por ejemplo creo que han perdido aritmética y también clase de inglés con los peques, creo que ha salido ganando porque no soporta a los niños pequeños y menos de cinco años, no saben captar la palabra by. Cuando todo el mundo terminó yo me iba a ir cuando el profe Miguel me cogió del hombro y me dijo...


Si quieres saber cómo termina espera hasta el próximo capítulo de Martina.


Capítulos anteriores
La semana de Martina (primera parte)
La semana de Martina (segunda parte)

4 comentarios:

  1. ¿es demasiado larga?¿no?

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  2. para ser larga está muy bien a si que no te preocupes de que esté larga o no

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  3. VICTORIA ESTA SUPER GUAY TUS HISTORIAS DE MARTINA ESTOY ESPERANDO A QUE AGAS O A QUE SUBA EL PROFE LA CUARTA PARTE ESTOY INTUSIASMADA JEJ

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  4. AGAS va con hhhhhhhhhhh

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