domingo, 26 de junio de 2016

La semana de Martina 9

Autora: Victoria Mengya Molina Samper

Hoy ya es Jueves, que ganas de que termine la semana y que sea ya semana Santa y que no volvamos a ver a los profesores hasta dentro de una semana, bueno una semana u un día porque como nos vamos de viaje a Francia el único avión que viene más pronto viene en lunes.
¡¡¡RING RING!!!
-Papá prepárame las cosas de teatro, necesito unos pendientes azules de la joyería, unos tacones azules de plástico de cualquier bazar, que sea más o menos de mi talla, un collar de perlas azules una redecilla y unos guantes blancos. ¡¡¡Que no se te olvide papi!!!
-Martina eso no puede ser, debes ser más responsable y decírmelo antes, porque me lo dices ahora que quedan nueve catorce minutos, perdón quería decir trece, te tendrás que aguantar y llevarlo mañana y además ¿eso para qué es?
- Para un teatro del cole que cuesta un montón de media, es muy importante, además no sé, soy suplente,…
Estuvimos todo el rato discutiendo hasta que nos dimos cuenta que mi padre iba tarde diez minutos a una entrevista de trabajo como tiene dos hijos y está casado necesita dinero y trabajo, así que yo y mi hermano nos perderíamos media clase, oh que pena, dije con un tono muy amado, en plan cachondeo.
Cuando entre en clase me di cuenta de que todavía llevaba las zapatillas de casa, las de pollito Momo, que suena cuac cada vez que das un paso, cuando me acerqué a mi sitio me di cuenta que Marcos y Florence no paraban de hablar, me dio tanto coraje que chille lo más fuerte:
-¡¡¡¡¡¡¡Nooooooooooooooooooooo!!!!!!
-Martina encimas que llegas tarde y con las zapatilla de un pollo gritas en medio de una clase de naturales, pues ahora me vas a decir tres animales invertebrados, claro si has estudiado- me dijo la señorita Rosa muy enfadada.
Tenía un problema, ayer solo hice los deberes de mates, inglés, sociales y lengua, pero yo no estudie, así que me las apañare.
-Pues creo que usted es un animal invertebrado, el perro y la morsa, si eso la morsa, es que no estaba muy segura.
-Martina ya me habían avisado de tu comportamiento, así que vete a la clase de los niños malos, con la señorita Rafaela, ahora mismo, venga no te estoy viendo andar.
Entonces salí de allí, pero sin ante sonreís a Marcos, en clase solo estaba la señorita míster foca y Petra, menos mal, porque si ella no está me aburro como una ostra, así que le salude y ella me saludo y esperamos a que la señorita terminase de dormirse del todo para irnos de allí antes del recreo, porque Petra conoce muy bien a esa seño, desde que tenía cinco años, según ella por cada rosquilla que se come es una hora dormida, así que le regalamos dos rosquillas, entre que llegamos tenemos una hora y media porque la ida es quince minutos y la vuelta también quince minutos, en total que no lo pasaríamos muy bien durante ese día, el parque sería para nosotras solas, pero no pudimos porque en el parque hay un guardia nuevo que vigila el parque y que no deja ni entrar a los vagabundo, los borracho y los niños que tendrían que estar ahora en el colegio y así que nos fuimos al quiosco de “ramiro el chuchería”, es que en mi barrio todas las tiendas tienen nombre por ejemplo el bazar del “estilazo total”, “el salchichero guachi” y encima unos nombres muy malos, compramos un montón de chucherías con la tarjeta del banco que tenía más de doscientos euros, el hombre nos cobró ciento sesenta y seis euros con trece céntimos, pero como Petra siempre viene preparada se dio cuenta que dos kilos de chuches no puede valer tanto dinero, así que cogió mi calculadora de mi mochila y calculo que en vez de ciento sesenta y seis euros con trece céntimos valía treinta y dos euros con veinte céntimos. Cuando acabamos volvimos a las doce menos un minuto y cuando nos sentamos se despertó de golpe la señorita y nos miró con cara alegre y nos dijo:
-Estoy muy contenta de que seáis tan pacientes y de que hubieseis aguantado dos horas sentadas sin hacer nada, les diré esto a vuestros profesores para que se pongan orgullosos de vosotras chicas. Petra tu amiguita Marisa…
-Martina-dije con tono borde.
-Como seguía tu amiguita Martina de está cambiando mucho, espero que no vuelvas por aquí, eso significa que has cambiado y que eres una chica nueva y lo miso te digo Martina.
Petra estaba apretando los puños porque estábamos perdiendo recreo, bueno quedaba ya nueve minutos para el bocata y hacer pipí.
Cuando nos dijo adiós salimos corriendo y riéndonos, hasta que tropecé y me caí redonda por noventa y ocho escalones, termine en la pared y empecé a llorar y a llorar porque me dolía mucho el brazo y entonces en cuando doscientos y algo niños me rodearon y por lo menos veinte tres profesores llamaron a mis padres, porque o los cogí, mi madre no podía estaba en el hospital y mi padre tenía prohibido coger el móvil en las entrevistas de trabajo, el único responsable era mi hermano, que claramente es solo dos años mayor que yo y fijo que no tiene ni idea de cómo tratar estas cosas, así que cuando entraron todos los profesores en su clase y el contaron el problema mi hermano vino corriendo a la ambulancia, que es donde estaba yo, y entonces se puso a vomitar, a saber porque, todos los profesores dijeron que mi hermano vendría con migo. Sois la parejita ideal, el vomitón y la llorona dijo una voz entre la multitud, no podría ser otra que Lucís que se había unido a las chicas sexis según los niños, es grupo de divas y perversas chica, liderada de Luna, una chica que se cree muy sexy y la más guapa de todas las chicas. Ahora no pude decirle porque me dolía mucho el brazo y la pierna, como me haya pasado algo, es decir un esquince, o un fracturación si es algo grave no podremos ir de vacaciones y todo por mi culpa y seguro que mi hermano me va a atormentar toda la semana Santa.
-Disculpe ¿dónde vamos?-dije absorbiéndome los mocos de la nariz y quitándome todas las lágrimas.
-Te ingresaremos en el hospital de aquí cerca, Virgen de la Victoria, te daremos el alta en cuanto veamos que no es nada grave, pero no te preocupes guapa, si ya no lloras es que la herida es leve-me dijo con tono súper profesional, y poniendo cada dos por tres una sonrisita.
Que guay, estaré ingresada con mi madre, y si ¿nos tocase en la misma habitación? Va a ser muy guay porque seguro que falto al colegio, que me atenderán muy bien y que podré de comer comida de calidad, es decir, de la buena y rica, no la de mi madre. Un joven chico me llevo en silla de ruedas a una habitación muy lúgubre, sin cuadros sin tele, sin nada y lo peor de todo con un niño muy gordo, pecoso, pelirrojo, y con la nariz torcida y llena de sangre. De repente sonó un ruido sonoro y empezó a oler fatal, para especificar un poco a burritos, ese niño gordo es el primera molestia de este sueño, pero antes de pensar más el chico me metióen la cama y me dijo que durmiera que el médico vendría mñana a verme, pero que ahora descansara, que eran ya las seis y que necesitaba dormir mucho.

Continuará…

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