Autor: Luis de Sola
Profesor
Cuando me voy a dormir
mi papá me cuenta cuentos,
¡pero son muy diferentes
los que leo en el colegio!
Yo sé que Caperucita
fue a ver a sus abuelos
y en el cesto les llevaba
la manzana con veneno.
Un bebé cisne se mira
cada día en el espejo
y este siempre le contesta:
“Tú eres el pato más feo”.
Cenicienta y Blancanieves
son amigas de Gepeto
y juegan al escondite
con el lobo y los tres cerdos.
La Bella Durmiente está
a su bola, en sus sueños,
soñando con enanitos,
pero no siete, ¡quinientos!
Un príncipe y una bruja
se han jurado amor eterno
y se han ido a la playa
a zamparse unos espetos.
Hansel y Gretel viven
en el fondo del océano
y las miguitas de pan
se las comen los cangrejos.
La Sirenita pasea
por Málaga, yo la veo,
con Bambi y Pepito Grillo
dando vueltas por el centro.
Por la calle marcha un rey,
todo el mundo está muy serio.
El Gato con Botas lo flipa,
“¡pero si ese rey va en cueros!”.
Pinocho es buen estudiante,
y siempre está muy atento,
ha sacado un diez en Mates
y se ha puesto muy contento.
El bebé cisne de antes
también está muy contento.
Harto de sentirse mal
ha hecho añicos el espejo.
Mientras, la Bella Durmiente
sigue a su bola, en sus sueños,
sabe que es mucho mejor
dormir que estar despierto.
Vaya lío, vaya enredo
que tengo en mi cerebro
con los cuentos de mi padre
y los cuentos del colegio.
Yo ya no sé si los lobos
son malvados o son buenos.
Ni si los reyes y príncipes
son valientes o son memos.
No sé si Caperucita
tiene un traje rojo o negro.
O si los niños perdidos
disfrutan o pasan miedo.
Puede que lo que me ocurra
es que yo escucho los cuentos
y luego lo mezclo todo
por la noche, mientras duermo.
Profesor
Cuando me voy a dormir
mi papá me cuenta cuentos,
¡pero son muy diferentes
los que leo en el colegio!
Yo sé que Caperucita
fue a ver a sus abuelos
y en el cesto les llevaba
la manzana con veneno.
Un bebé cisne se mira
cada día en el espejo
y este siempre le contesta:
“Tú eres el pato más feo”.
Cenicienta y Blancanieves
son amigas de Gepeto
y juegan al escondite
con el lobo y los tres cerdos.
La Bella Durmiente está
a su bola, en sus sueños,
soñando con enanitos,
pero no siete, ¡quinientos!
Un príncipe y una bruja
se han jurado amor eterno
y se han ido a la playa
a zamparse unos espetos.
Hansel y Gretel viven
en el fondo del océano
y las miguitas de pan
se las comen los cangrejos.
La Sirenita pasea
por Málaga, yo la veo,
con Bambi y Pepito Grillo
dando vueltas por el centro.
Por la calle marcha un rey,
todo el mundo está muy serio.
El Gato con Botas lo flipa,
“¡pero si ese rey va en cueros!”.
Pinocho es buen estudiante,
y siempre está muy atento,
ha sacado un diez en Mates
y se ha puesto muy contento.
El bebé cisne de antes
también está muy contento.
Harto de sentirse mal
ha hecho añicos el espejo.
Mientras, la Bella Durmiente
sigue a su bola, en sus sueños,
sabe que es mucho mejor
dormir que estar despierto.
Vaya lío, vaya enredo
que tengo en mi cerebro
con los cuentos de mi padre
y los cuentos del colegio.
Yo ya no sé si los lobos
son malvados o son buenos.
Ni si los reyes y príncipes
son valientes o son memos.
No sé si Caperucita
tiene un traje rojo o negro.
O si los niños perdidos
disfrutan o pasan miedo.
Puede que lo que me ocurra
es que yo escucho los cuentos
y luego lo mezclo todo
por la noche, mientras duermo.
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