viernes, 24 de junio de 2016

La semana de Martina 7

Autora: Victoria Mengya Molina Samper

Hola chicos, hoy ya es miércoles, pronto termina la semana y tendremos Semana Santa, se suponía que en Semana Santa lo celebraríamos Lucía, Clara y yo, claramente los padres también, pero como estamos enfadadas, bueno Clara y yo, pues como los padres de ninguna está al tanto de lo que está pasando, hemos quedado en que Clara y yo pasaríamos las vacaciones juntas en su pueblo de Antequera, ni idea de cómo se llama, pero sin Lucía porque ha quedado con Marilú. Cuando mi hermano anoche se vio cara a cara con mi padre, porque por la noche nos encontró papá, pero como tengo unos reflejos increíbles, me escondí debajo de la cama, así que solo regañó a mi hermano por estar todavía despierto y esta mañana cuando se ha levantado ha vuelto a chillar y mi padre en vez de regañarme a mí le regaña a él porque dice que va a despertar a los vecinos.

Cuando íbamos de camino al cole disimuladamente me puso un chicle pegado al pelo, menos mal que llegaba Petra en ese momento y vio como me lo pegaba y empezó a insultarle, me estaba defendiendo, pero mi hermano estaba embobado mirándola. Le pegué un codazo en la costilla y por fin vino a tierra. Así que Petra abrió su tétrico estuche negro con un montón de calaveras, huesos, palabras rojas que decían como muerte, sufrimiento, dolor,…
Cogió las tijeras con cinta aislante y me do un tijerazo sin preguntar y me dio unas palmaditas y me dijo "de nada, nena".
Qué horror porque ese día tenía dos coletas y una la tenía por el hombro y la otra la tenía por encima de la oreja, todos se iban a reír de mí, pero entonces vi un barullo de gente y me metí a cotillear. En el roble que había en el patio estaba un chico moreno, con lo ojos marrón y con una sudadera negra que decía: Love.
Era guapísimo, pero de repente me chasquearon los dedos en mi cara y me dijo Lucía que no me acercara a él, porque según ella era su media naranja, que nadie le quitaría a Marcos. Marcos era muy guapo y como a mí me gustaban los chicos misteriosos, pero no me podía hacer ilusiones, porque Marcos no se fijaría en mi, soy una chica que no llama mucho la atención y encima no me atrevo a dirigirle la palabra, es tan guapo, con ese pelo tan bonito.

- ¡¡¡¡MARTINA!!!! ¡¡¡ TIERRA LLAMANDO A MARTINA!!! ¿Me oye Martina?

Era el profesor Miguel que me había buscado porque hacía ya unos minutos que había empezado gimnasia, ¡oh no! Se me ha olvidado el chándal y en vez de eso me he traído mi minifalda vaquera con mi camiseta de tirantes firmada por Pablo Alborán, para vuestra información es mi cantante, al igual que compositor, favorito, pero al menos Marcos me vería guapa ese día, pero qué raro que haya entrado en el segundo trimestre, ya cuando solo quedan dos días sin contar hoy para Semana Santa, pero sigue siendo un día muy malo. Y en clase de gimnasia, sin el profesor Miguel, la seño me sentó en un banquillo, adivinad quién estaba a mi lado, la persona que menos debería estar allí, Lucía. Pero aprovecharía para arreglar las cosas con ella:
-Hola Lucía, te quería decir...

Pero no me dejó hablar y se marchó de allí cojeando con la rodilla sangrando y prefirió sentarse la lado de Juana, o como nosotros la llamamos, Juanita la loquita, esa chica está muy mal, cree que está en el océano, que los perritos calientes están hechos de la carne de las focas y que su madre es Mickey Mouse y más cosas. Pero no estamos aquí para hablar de ella. Estuve toda la hora pensando en Marcos, hasta que sonó el timbre de la segunda hora y apareció Amy muy contenta porque en béisbol solo la habían eliminado custro veces, eso para ella es un logro porque casi siempre la eliminan siete veces. Me dijo que esta tarde en su casa a las 17:30 y que la clase duraría una hora y media, según ella tenía fisioterapia a las 19:00, por favor qué rollazo, intentaré faltar e irme un rato con Petra a grafitear la casa de mister foca, la seño esa mala que estuvo con nosotras cuando estuvimos castigadas, aunque mi padre dice que no me junte con Petra porque es una malota y no quiere que me meta en lío, los padres por favor no tienen idea de que la apariencia no es lo que parezca, creo que era así, el otro día el profe hablo de eso en Ciudadanía, no sé si está bien, pero...

En matemáticas el profe anunció que las que tenían que ensayar se perderían a cuarta hora plástica y que en vez de eso harían la obra de teatro, porque la seño Pepa tiene la rodilla mala y ningún otro profesor tiene ganas de quedarse en el recreo aguantándonos, en vez de hablando con lo otros profesores tomándose un cafelito, como hacen todos. Qué rollo, perder plástica, no podemos faltar a mates que no es importante o a inglés, pero en serio, ¡plásticaaaaaaa!

Pero de repente la puerta se abrió y apareció Marcos con el profesor Rafael:
- Bueno, chicos, ya sabréis que Marcos es un niño nuevo y que ha venido en el segundo trimestre, eso es porque... Bueno cuéntaselo tú, Marcos- dijo el profesor con una sonrisa terrorífica.
- Pues… porque han trasladado a mi padre aquí y no nos quedaba otra que irnos antes de terminar el curso– dijo tembloroso.
- Muy bien chaval, espero que te integres bien, el pobre se había perdido y había llegado a infantil, porque no encontraba su clase, pero ya la conoces, ¿no?- lo dijo con una sonrisilla pillina mientras le guiñaba el ojo.
Entonces me di cuenta de que al lado mío había un sitio libre. ¡BINGO! Chillé delante de la clase, qué vergüenza, Marcos me miraba con cara de: rarita.

Pero menos mal que el profesor Miguel puso a Marcos al lado mío, así podré verlo mejor, es que es tan guapo. Estuve todo el rato mirándolo hasta que terminó el colegio y se acercó a mí y me dijo...


Si quieres saber cómo termina solo tienes que esperar al próximo capítulo.

1 comentario:

  1. Victoria#demasiado24 de junio de 2016, 11:27

    Este capítulo ha salido muy corto, porque los demás son muy largos, sin exagerar.

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